domingo, 27 de abril de 2014

LOMCE

¡Saludos blogueros!

Ya estamos de vuelta tras las vacaciones, y lo hacemos con un tema que está a la orden del día: la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa.

Ante esto, a continuación hacemos una reflexión sobre nuestra opinión acerca de dicha ley.

En primer lugar, uno de esos inconvenientes que encontramos es que los maestros que se especializan en una materia concreta, como los maestros de idiomas extranjeros (como francés), o cualquier otra asignatura que quieren poner como “optativa”, como la de música y educación artística, sólo estarán en los centros educativos en los que los padres de los niños hayan optado por elegir esa materia. Y ello conlleva, la elección de una sola asignatura optativa. Si el niño o los padres quisieran que su hijo diera varias de esas asignaturas, no tendría derecho a cursarlas. Ya que solo es una de todas. 

En nuestro caso, algunas de las compañeras estamos interesadas en hacer la mención en francés por lo que esto nos afecta directamente.  

Al igual que, con respecto a la opción de elegir religión o educación ciudadana (“ética”). Aunque estas dos asignaturas, sí que pueden elegirlas las dos a la vez, porque se les presentan en ambos lugares. Sin embargo, francés o educación artística, ambas no pueden ser elegidas para cursarlas. No obstante, no digo que estas asignaturas  no puedan ser cursadas, cada persona debería ser libre de elegir la asignatura que quisiera, como si se quiere cursar todas las asignaturas.

Los niños han de desarrollar sus habilidades, capacidades, imaginación, destrezas, etc. Y esto significa, que han de cursar las diferentes asignaturas que hagan posible ese desarrollo, para potenciar su imaginación y manipulación de objetos.

Por otro lado, lo que se quiere con esta ley es separar a los niños según sus capacidades, haciendo así discriminación por su dificultad de aprendizaje, y esto conlleva un rechazo por sus propios compañeros. (Diferenciación de “listos” y “tontos”).

A parte, los niños estarán obligados a realizar un examen de evaluación en determinados cursos, para optar a pasar de curso o no. (En 6º de primaria y en secundaria también). Y yo, estoy totalmente en desacuerdo, puesto que los niños ya se están esforzando día a día en sus tareas educativas y sus exámenes. Y lo aprendido se muestra día a día con trabajo constante, por lo que no hay que fijarse solo en el resultado final sino en el progreso.

Otro aspecto a destacar, es que los alumnos que realizan 3º de la ESO, han de tener ya claro lo que querrína hacer o no con su vida, si dedicarse a seguir estudiando o salirse para trabajar. En todo caso, las opciones que tiene serían las siguientes: hacer el bachillerato o cursar un ciclo formativo de grado medio, sin opción de realizar otra cosa, puesto que cualquier alumno puede estar indeciso en querer seguir sus estudios. Muchos alumnos a esa edad, están ya “cansados de estudiar” y poco motivados, y prefieren salir del instituto para trabajar.

Además, se quiere quitar la selectividad y se cambiará por otra prueba de acceso (“reválidas”) para cada universidad, impuesta por la misma. Algo que reduce las posibilidades a los aquellos que quisieran acceder, puesto que ya no tendrían la  posibilidad de entrar a cualquier universidad con una nota general, sino que el grado de dificultad de las prubas las marcaría la propia universidad.

También, es importante mencionar el tema de las becas. Será más difícil que las concedan a determinadas personas, ya que habrá una nota mínima de 6’5 para que la den. Esto provoca que las familias más “desfavorecidas” económicamente no puedan pagar los estudios de sus hijos.

Con todo esto, llegamos a la conclusión de que en España tenemos una ley cada cinco años más o menos, lo que nos hace ver que no somos capaces de ponernos de acuerdo en el sistema educativo que queremos para los futuros ciudadanos; así como también podemos ver que cada partido que gobierna antepone sus intereses a los del conjunto de la sociedad sin ningún consenso, así como la Educación, o el bienestar de los ciudadanos.

En segundo lugar, podemos decir que esta ley que estamos tratando es una ley conservadora y consideramos que es un retroceso para la Educación. Promulga menos recursos para los que menos tienen y necesitan, potenciando lo privado. Defienden poner evaluaciones externas para cuestionar el trabajo que realizan los docentes en los centros y el funcionamiento de estos y del propio sistema, así como también establecer un sistema de ranking.

Concluimos con que, en nuestra humilde opinión, las personas que se encargan de realizar cambios en las leyes de educación, son personas que no tienen realmente constancia de la educación verdaderamente como tal. No son personas dedicadas a ella plenamente. Las personas que proclaman estos nuevos cambios, son personas con cargos políticos, los cuales tienen un poder económico importante, y está claro que para sus hijos prefieren además, una educación privada.

Ahora plantamos una cuestión, ¿por qué la educación se tiene que privatizar? ¿Acaso lo que quiere el ministro Wert, además del gobierno, es hacer una sociedad que viva en la ignorancia y que no sepa nada de nada, para así no poder defenderse?  ¿Por qué sólo estas medidas perjudican a la educación pública? En todo caso, es que todo esto sólo influye de manera negativa a los alumnos con más dificultad para obtener la educación primaria y secundaria obligatoria.



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